Pero en este caso, que es el segundo trabajo del segundo cuatrimestre, vinieron como invitados durante aproximadamente un mes dos miembros del colectivo Zuloark, los cuales nos plantearon el trabajo que debíamos realizar.
A partir de una foto de una fachada debíamos crear una historia. La foto era esta:
A partir de esa fachada desarrollé mi historia, la cual trataba sobre una chica que trabajaba en el bar de enfrente de ese edificio y siempre oía a los clientes hablar de él. Había muchas opiniones las cuales variaban según si eran personas jóvenes, ancianos etc. Para esa primera parte mis ilustraciones fueron el bar donde trabajaba la chica y dos tipos de viviendas que había en el interior del edificio que se imaginaban algunos clientes:
A continuación, nos pidieron que trabajásemos sobre el interior del edificio. Para ello, continué mi historia con que la chica encontraba en su apartamento fotos del interior de la casa de sus abuelos, los cuales vivieron allí:
Al encontrarse las fotos, la chica recuerda cuando iba allí después del colegio, y para ellos dibujé el recorrido del edifcio hasta llegar a casa de sus abuelos:
La chica decide volver a casa de sus abuelos para ver qué había sido de ella y qué modificaciones había habido. Se encuentra todo mucho más deteriorado, viviendas mas pequeñas...etc. Y decide llamar a la puerta que una vez fue de sus abuelos. Descubre que ahora esa vivienda tiene un tamaño mucho más reducido y en ella está instalado un estudiante que le enseñará el edificio y le contará cómo es la vida entre los vecinos y lo que hacen para intentar hacer de ese edificio un lugar mejor:
Por último nos hiceron crear o buscar una serie de inventos a los que denominaron "inteligencias colectivas", las cuales debían hacerse reciclando o reutilizando objetos. Como había que continuar la historia, el estudiante le enseñó a la protagonista la azotea, la cual estaban redecorando con plantas y arbolitos, los cuales plantaban en neumáticos, viejos bidones de gasolina o botellas de plástico. Luego van a visitar a una vecina la cual tenía lámparas hechas con cajas de zapatos agujereadas, se ponía los cartones de los royos de papel higiénico a modo de rulos, fabricaba sus propios cojines con esponjas o le hacía a su hijo zancos con latas para que jugara. El resultado fue este:
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